Trekking Pass Arán

Trekking Pass de Arán Pirineos

El trekking del Pass de Arán es una travesía de cinco días por los Pirineos. Requiere una buena condición física, hay largas etapas que debemos superar. En cambio la dificultad técnica es moderada, transitando durante la mayoría del trayecto por buenos caminos. Tan solo en algún punto podemos encontrar un cable para superar una pequeña zona o habrá ausencia de caminos. Esta ruta de montaña en Pirineos nos lleva a conocer grandes espacios salvajes, valles de exquisita naturaleza o recónditos lagos en un espacio de alta montaña entre el valle de Arán y el Ariège francés. Acompañados por un guía de montaña, los caminos que seguiremos están llenos de historia; trabajadores, contrabandistas o huidos de las guerras recorrieron estas sendas huyendo de penurias y tratando de sobrevivir. Durante la ruta podremos ascender alguna de las grandes montañas que vigilan nuestros pasos como el Mont Valier, el Tuc de Crabera o el Tuc de Mauberme.

Para comenzar la ruta de montaña debemos desplazarnos al precioso valle de Arán, en Lleida/Lérida, y llegar hasta el aparcamiento de Plan de Beret, donde se acaba la carretera asfaltada. Aún se debe continuar un tramo de la pista de Bonabe para llegar al refugio de Amics de Montgarri, punto donde realmente se empieza a caminar.

Nuestras botas de trekking dan los primeros pasos, desde el refugio, muy cerca del pueblo abandonado de Montgarri, dejando de lado el río Noguera Pallaresa por un terreno de verdes praderas y el pequeño bosque de pinos hasta el collado la Solana. Continuamos subiendo la pronunciada pendiente hasta la singular depresión de Clòt dera Renhatja, para alcanzar poco después el puerto de Gireta a 2.503 metros. Se nos abre una espléndida panorámica hacia el pirineo francés con sus verdes y profundos valles. Ya en Francia, siguiendo la senda transfronteriza entre los refugios de Estagnous y Montgarri, bordeamos el Tuc Blanc mientras vamos contemplando el Mont Valier, una gran montaña que tendremos la oportunidad de ascender al día siguiente, hasta el Port de Barlonguera. El resto de etapa es fantástica, descendemos primeramente al escondido lago de  Étang Long, ubicado en un lugar de excelente belleza donde apetece quedarse a disfrutar del entorno. El camino, que bordea por la izquierda, cuenta con algunos cables que sirven de pasamanos para aportarnos una mayor seguridad. Desde el final del lago, ante nosotros, vemos abajo el lago Étang Redon y más arriba el refugio de Estagnous ambos vigilados por el Mont Valier. Comenzamos una pronunciada bajada, que de nuevo cuenta con cables para ayudarnos en algunos pasos, hasta el Étang Redon, que rodeamos por su flanco derecho. Aún nos resta una breve subida hasta el refugio de Estagnous, ubicado en un privilegiado lugar que en ocasiones nos regala unos inolvidables atardeceres.

Bajando hacia el Ètang Long

El segundo día, de forma opcional y con muy poco peso en la mochila, podremos ascender a la cumbre del Mont Valier y regresar de nuevo al refugio para, a continuación descender hacia el valle. La subida al Mont Valier sigue los pedregosos caminos hasta el Col de Faustín y una poco más arriba a los 2.838 metros de la cumbre. No supone una dificultad técnica reseñable para la mayoría de los montañeros pero nos supondrá un esfuerzo físico extra que nos resultará muy reconfortante. De regreso al refugio, para continuar con la etapa, tendremos dos opciones para llegar a nuestro alojamiento en la Maison du Valier. La primera y más exigente nos obliga subir al Col de Pecouch para iniciar un largo descenso por un desdibujado camino entre piedras de granito hasta el apacible lago Étang de Milouga. Una cómoda senda nos lleva a la Cabane du Taus y, tras pasar ésta, afrontamos un largo descenso, por un bosque de hayas, hasta el valle en busca del valle de Riberot y nuestro alojamiento. La segunda opción, más corta y menos exigente, desciende desde el refugio, pasando por la cabaña de Caussis, viendo las cascadas de Lauze y Nérech, por el valle de Riberot hasta las praderías donde se encuentra la Maison du Valier.

Cumbre del Mont Valier

La tercera jornada, con varias subidas y bajadas, sumergidos en los caminos de los formidables bosques franceses, nos suele resultar larga y exigente. Desde el aparcamiento de Pla de la Lau el empinado camino se adentra en el hayedo hasta las praderas donde se encuentra la cabaña de LÁrtigue, y la Cabane du Trapech du Milleu, una zona de pastores de ovejas que conoció mejores tiempos. Un poco más arriba alcanzamos el puerto y la Cabane du Clot para descender al siguiente valle, el del río L´Orle. Pocos montañeros, pocos pastores y mucha tranquilidad es lo que encontramos en estas montañas. De nuevo, tras cruzar el río, comienza otra notable subida, bajo las hojas del hayedo, hasta enlazar con la pista forestal de LÁrech, que conecta con la cabaña de pastores, de nombre homónimo. Para finalizar el penúltimo ascenso del día, tan solo una pequeña subida más nos aúpa al Col de lÁrech para obtener un bonita vista sobre la llanura francesa o el valle de Lez, al que ahora nos dirigiremos. Un largo descenso nos lleva a través del bosque de Laspé a la población de Eylie. Este pueblo contó con una gran fuente económica desde el año 1850 a 1955, con las minas de zinc y plomo. Tras el cierre de las minas y el éxodo de la población, en la actualidad, encontraremos un lugar tranquilo de turismo de montaña mezclado con las ruinas de la explotación minera. Para alojarnos, cruzamos el río y, tras una pequeña subida, llegamos a la Gite d´Etape d’Eylie.

Gite d´Etape d’Eylie

Comenzaremos la cuarta etapa subiendo por el insigne camino GR10, que atraviesa los Pirineos del Este al Oeste por territorio francés, a través del hayedo de Rouge, con algunos tramos bastante empinados. Tras un par de horas de camino, empezaremos a encontrarnos los vestigios del pasado minero, vagonetas, castilletes, edificios en ruinas… Más arriba alcanzamos el Col de la Catauere, con buenas vistas del valle de Birós, que nos da paso a la gran mina de Bentaillou que empleó a más de 500 mineros en su época dorada. El aspecto de las ruinas en plena montaña causa una sensación extraña, quizás tristeza al imaginarse la dureza de realizar aquí arriba un trabajo tan duro. La senda continúa subiendo hasta el Col d`Araing, desde donde descendemos hacia el refugio de l’étang d´Araing. Como la etapa puede parecernos un poco corta, desde nuestro alojamiento, de manera opcional, podemos ascender a los 2.630 metros de altitud del Tuc de Crabèra y regresar de nuevo al refugio, a los pies del lago, en aproximadamente tres horas.

Étang d’Araing

Para finalizar esta ruta de montaña de varios días en Pirineos deshacemos una pequeña parte del camino de ayer hasta el Col d`Araing. El camino gira hacia el oeste bajo la ladera del Mail de Luzès quedando por debajo de nosotros los lagos de Floret y de Albi. Una breve subida nos aúpa al Portillón de Albi, por el cual dejamos Francia atrás y pasamos al valle Arán. Una nueva vista se abre para contemplar el Estangh Long de Liat y el valle que ahora recorreremos sin apenas perder altura por las Pales de Liat. Una vez pasados los pequeños lagos de Mauberme, comenzamos a ascender, pudiendo, de forma voluntaria, ascender al Tuc de Mauberme de 2.880 metros, la montaña más alta de toda la travesía. Desde el collado de Mauberme el camino desciende en busca de otro lago, el de Montoliu, y a continuación acomete la última subida al Còth de Montoliu que da paso al largo valle del Arriu de Vernatar. Descendemos hasta donde el pequeño río vierte sus aguas al Arriu deth Horcalh para seguir por el bosque de pinos hasta el refugio de Amics de Montgarri.

Lac de Montoliu entre la niebla

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