Monte Ararat junio 2023 (I)

Una vez más nos juntamos 14 intrépidos montañeros, venidos de distintos puntos de España, para intentar el ascenso al Monte Ararat, en el oeste de Turquía, en tierra del Kurdistán turco. El Ararat es una montaña que conserva nieve en su parte alta durante todo el año pero esta vez tenía más nieve de lo habitual, lo que nos condicionó la subida convirtiéndola en más exigente aún.

La mayoría del grupo de participantes nos juntamos en el aeropuerto de Madrid para poner rumbo a Estambul. Abrazos de reencuentro, presentación entre los participantes, nervios, risas y muchas ganas de vernos ante la montaña que deseamos alcanzar va creando un excelente clima entre compañeros. Con personas excelentes se crea un clima, un ambiente, una camaradería excelente que se contagia entre todo el grupo, haciendo fácil cualquier escollo que se encuentre en el camino.

A nuestra llegada a Estambul nos fuimos al hotel en el que pasaríamos una noche y, tras dejar nuestras maletas en la habitación, nos fuimos a dar un paseo hasta Santa Sofía y la Mezquita Azul. Nos acercamos al Puente Gálata para contemplar el Bósforo, también conocido como estrecho de Estambul, que separa la parte europea de la parte asiática. Estambul es una ciudad enorme, cosmopolita y preciosa que siempre nos encanta visitar. Para cerrar el día nos fuimos a cenar comida típica del país, nos tomamos un helado de los “malabaristas” heladeros y nos retiramos al hotel a descansar.

Visitando Estambul

A la mañana siguiente nos fuimos al aeropuerto para tomar el vuelo a Igdir. La facturación de las maletas, que debíamos realizar en una máquina fue caótica. Nos marcaba exceso de equipaje, cuando nadie nos pasábamos de los 23 kilos que habíamos facturado. Había varias máquinas, mucha gente para facturar y poco personal para ayudar en la gestión. Con la ayuda del personal del aeropuerto conseguimos realizar el trámite y tomamos el vuelo doméstico a Igdir. A nuestra llegada una furgoneta taxi nos recogió para llevarnos a Doğubayazıt, pueblo situado en la llanura, a los pies del Monte Ararat. Tras alojarnos en el hotel, salimos a conocer el pueblo, cambiar dinero, hacer algunas compras y cenar. Como desde el hotel teníamos una excelente vista de la montaña y la temperatura era muy buena, nos fuimos con una caja de baklavas (típico pastel elaborado con una pasta de pistachos o nueces trituradas, distribuida en una masa filo y bañado en almíbar o jarabe de miel) a la terraza del hotel. Allí charlamos con nuestro guía sobre los próximos días en la montaña y nos fuimos a dormir.

Al fin comenzamos a caminar, que ya había ganas después de tanto viaje comiendo y bebiendo. La primera ruta fue tranquila, superando mil metros de desnivel positivo, y nos condujo desde las cercanías del pueblo de Çevirme, a 2.200 metros, hasta el campo 1, donde teníamos nuestras tiendas de campaña y las tiendas-comedor. Como la jornada nos resultó un poco corta, tras un ligero almuerzo, nos fuimos a dar un paseo subiendo un poco más arriba para mejorar nuestra aclimatación para posteriormente regresar al campamento. Para finalizar el día, cenamos todos juntos en la carpa instalada como comedor, hicimos un poco de sobremesa charlando de viajes y montañas antes de irnos a dormir.

Amanecer desde el Campo I

Amanece muy pronto, sobre las 4:30, y la luz del día se cuela en las tiendas de campaña. Como este día se presenta muy relajado, desayunamos sobre las 8:00 y después nos fuimos con uno de los guías a realizar una ruta de ascenso hasta los cuatro mil metros. Permanecimos a esa altitud durante una hora para mejorar nuestra aclimatación y después regresamos lentamente al campo 1 para tomar el almuerzo y descansar. En los campamentos de montaña, en muchas ocasiones, nos sobra tiempo después de la ruta. Tiempo que aprovechamos para conocernos entre nosotros, hablar con los guías, cocineros y porteadores locales, leer un libro o simplemente contemplar las majestuosidad de las montañas y la naturaleza que las envuelve. El viaje siempre te enriquece, pero si además viajas con una mentalidad abierta y sociable, la experiencia puede ser aún más enriquecedora. La siguiente jornada nos llevará al campo 2, donde dormiremos antes del ataque a cima. Este año ha nevado más de lo habitual y el campo 2, en vez de estar ubicado a 4.200 metros de altitud, lo tenemos sobre los 3.750 metros, que es hasta donde las mulas pueden llevar nuestros equipajes. Este natural inconveniente nos añade un sobre esfuerzo físico de cara al día de cima. No obstante, con las tiendas de campaña instaladas y nuestras mochilas casi preparadas para la etapa reina del ascenso al Monte Ararat, salimos a caminar un poco más hasta alcanzar los cuatro mil metros de altitud. De regreso al campamento realizamos los últimos preparativos, tomamos la cena y nos fuimos a descansar porque a las 00:00 nos despertarían para comenzar la ascensión a la cumbre.

Atardecer desde el Campo I

El artículo continúa en: Monte Ararat junio 2023 (II)

Actividad realizada: Ascensión al Monte Ararat, Turquía

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