El Parque Natural de Redes, ubicado en Asturias, en plena Cordillera Cantábrica, existen numerosas rutas de montaña que nos descubren una espléndida naturaleza. En otoño, cuando los colores de los bosques están en pleno apogeo, es uno de los mejores momentos para realizar una ruta por estos fantásticos parajes.
La pasada semana realizamos dos rutas por el Parque Natural de Redes pasando la noche en el Refugio de Brañagallones. Nos encontramos con los participantes de la ruta en el pueblo asturiano de Bezanes. Desde su amplio aparcamiento parte el Taxi al Paraíso que sube por la pista directamente al refugio de montaña de Brañagallones pero nosotros preferimos sumergirnos por otras pequeñas sendas que se adentran en lo más profundo del bosque.
Iniciamos pues la ruta que pronto se adentra en el bosque de castaños. El camino estaba salpicado de las suculentas castañas y mucha hoja caída de los árboles. Más arriba nos adentramos en el gran bosque de hayas que tapiza la zona norte del Canto del Oso con su variedad cromática de verdes, naranjas y ocres. Estuvimos en total soledad por el bosque, encontrándonos solamente a un pastor que venía de ver a sus vacas. Este hombre nos contó que la noche pasada los lobos habían matado una novilla cerca del refugio de Brañagallones. A la salida del bosque la lluvia fina comenzó a caer sobre nuestras cabezas. Nuestro plan era ascender al Canto del Oso, pero el día auguraba más lluvia y decidimos modificar el recorrido, atravesando el bosque por otra solitaria zona hasta confluir con la pista principal, que seguimos en sus últimos cuatro kilómetros. En este último tramo, la lluvia fina y algunas rachas de viento nos acompañaron hasta el bucólico refugio de Brañagallones. Alojados y duchados pudimos disfrutar de una tarde muy entretenida charlando entre nosotros y con otros montañeros que también estaban en el refugio mientras veíamos llover desde la ventana.
El día siguiendo amaneció nublado pero sin lluvia. Pronto tomaos el camino que, atravesando el gran bosque de Redes, nos lleva a la majada de Mericueria, lugar que con sus cabañas nos recuerda un pasado ganadero hoy ya en desuso. Dejando atrás la zona pastoril vamos ganando altura y obteniendo unas amplias vistas sobre los bosques y las montañas que nos rodean. Para nuestro disfrute el sol comienza a asomar entre las nubes y el mediodía nos pilla en la Collada la Canalina, donde hacemos parada para comer mientras contemplamos nuevas vistas de otras zonas del parque natural. Desde este punto nos vamos a la Collada Atambos, otra bonita atalaya desde donde tomar fotos a los colores del otoño. Aún nos aguarda un largo descenso por antiguas majadas de pastores, un paisaje salpicado de cabañas, donde nos gustaría venir a pasar algún fin de semana. De vuelta al pueblo de Bezanes nos damos cuenta que se nos han quedado cortos estos dos días, el Parque Natural de Redes y sus rutas de montaña nos han dejado un estupendo recuerdo, bonitas fotografías y muy buenos momentos.