El pasado 8 de septiembre de 2023 se produjo un terremoto en Marruecos alrededor de las 23:11, hora local. Su epicentro se ubicó en la cordillera del Alto Atlas, a unos 72 kilómetros al suroeste de Marrakech, donde hay numerosos pueblos de montaña. Aquí vive el pueblo más antiguo de los que habitan esta región africana, los bereberes o, mejor llamados y como a muchos de ellos les gusta que les llamen, amazigh. La cifra de fallecidos ronda las tres mil personas, una catástrofe horrorosa.

Nos enteramos de lo sucedido en Marruecos el día 9 de septiembre, cuando finalizábamos la ruta del Anillo Extrem de Picos de Europa. Escribimos a los guías y amigos que tenemos en Marruecos y, afortunadamente, todos estaban bien. Desde Trekkinea teníamos programado el ascenso al Toubkal, Ras y Timesguida para el día 25 de septiembre, pero con lo sucedido, solo cabía esperar que canceláramos el viaje.

Los días fueron pasando y los guías mantenían el firme propósito de que podíamos realizar la ruta de montaña prevista. Los refugios de montaña estaban cerrados pero pronto abrirían sus puertas para recibir a nuestro grupo y a los turistas de todo el mundo. Tres días antes del viaje nos comunicaron que los refugios no estaban aún preparados para abrir y que tendríamos que dormir en tiendas de campaña. Sin embargo los guías tampoco tenían tiendas para los clientes, las habían entregado a las personas que no podían dormir en sus casas a causa de los daños causados por el terremoto. Ante esta situación, nos fuimos a comprar dos buenas tiendas de campaña para utilizarlas en nuestro trekking y después las dejaríamos allí para las personas que las necesitaran.

En cuanto aterrizamos en el aeropuerto de Marrakech nos dimos cuenta de la poca actividad turística que había. Normalmente hay una larga cola en el control policial pero en esta ocasión solo estaban los viajeros de nuestro vuelo. Alojados ya en nuestro hotel, ubicado en la medina de Marrakech, caminamos por la ciudad observando lo poco había cambiado con respecto a otras ocasiones. Tan solo vimos algunos daños en la muralla de la medina y la Koutubía estaba protegida por vallas porque algunos daños debía haber sufrido.

Al día siguiente nos fuimos, el pequeño grupo que éramos, hacia las montañas, al Alto Atlas, donde el terremoto había hecho más daño. Desde el taxi ya vimos las primeras en el pueblo de Tahnaout. Más adelante llegamos a Asni, pueblo muy afectado por el terremoto y en que hubo muchos fallecidos. En Asni se veían casas derruidas, otras con grandes grietas… pero sobre todo, lo que vimos es cantidad de haimas y tiendas de campaña al lado de la carretera. La gente está durmiendo fuera de sus casas. Algunas casas tienen daños importantes, otras se han caído y en otras, sus habitantes tienen miedo de dormir en su propia casa, el terremoto ha contagiado el miedo entre la población. Afortunadamente está llegando la ayuda y también vimos que en Asni hay un asentamiento militar que está ayudando a la población. Finalizamos nuestro trayecto en el pueblo de Imlil, situado a 1.740 metros y también afectado, aunque en menor medida que Asni, por el terremoto.

Comenzamos a subir al Toubkal, dormimos en las tiendas de campaña que llevamos, coincidimos con muy pocos turistas y estuvimos en total soledad en las cumbres del Ras y el Timesguida. Se nos queda una sensación agridulce, hemos hecho nuestra pequeña colaboración con el pueblo bereber/amazigh llevando dos tiendas de campaña y dando trabajo a guías, muleros, cocineros, albergues y taxistas. Tal como nos comentaron en Imlil, “la vida sigue y solo necesitamos que siga viniendo el turismo para que nuestras economía siga mejorando y así podamos arreglar nuestras casas” En estos valles de la Cordillera del Atlas, la mayoría de la población vive del turismo, por tanto, sigamos viajando a Marruecos, es la mejor forma de apoyarles.