El viaje de los Cuatromiles en Marruecos sigue siendo algo muy especial para nosotros y también para todas las personas que participan en esta aventura por la Cordillera del Atlas.
Este año nos fuimos el día dos de mayo, y por partida triple, organizamos y acompañamos los tres grupos que se habían inscrito. Apenas finalizábamos un grupo y seguidamente recibíamos en Marrakech el siguiente. Fueron unos día de actividad frenética y divertida que, como siempre, nos dejaron grandes momentos, grandes recuerdos y forjaron bonitos vínculos de amistad entre nosotros.
El primer día que llegas a Marrakech te das cuenta del gran cambio cultural que vas a vivir. Desde los olores, la comida, las gentes, los encantadores de serpientes, el laberíntico zoco o sus gentes quedarán grabados en nuestro recuerdo. Después de hacer un recorrido por Marrakech, nos vamos a cenar a un restaurante típico, tajine, cuscús, kefta… Todo un placer sumergirse en estos sabores.
Al día siguiente nos trasladamos en furgoneta-taxi hasta Imlil, pueblo bereber y punto de recepción de la mayoría de los montañeros que quieren ascender al Toubkal. Como nuestro circuito es circular, tras coordinar con nuestros muleros el transporte de nuestros petates (maletas de lona), comenzamos a caminar atravesando el pueblo rumbo al collado de Tizi Mzik. Pasado este punto, los muleros y el cocinero nos prepararon una exquisita comida al aire libre, compuesta por una gran ensalada, pasta y kefta. ¿Quién camina después de comer todo esto? Menos mal que nos queda seguir un sencillo camino hasta el sencillo, pero acogedor y tranquilo refugio de Tamsoult. Tras la cena charlamos y disfrutamos del sosiego de una noche plenamente estrellada.
Amanece un día radiante para afrontar una larga y bonita jornada de montaña. Caminamos hacia la cascada de Irhoulidene donde tomamos un montón de fotos. Seguimos la larga subida que, superando el gran zigzag de Tiguinuria nos aúpa hasta el collado de Aguelzim. Ya que hemos llegado hasta aquí, subimos un poco más y coronamos la cumbre del Aguelzim de 3.650 metros, desde donde se nos abre una amplia vista panorámica del Toubkal, el Ras, el Tadat etc. El descenso, más corto que la subida, nos lleva por la ladera hasta el refugio Mouflon, donde nos alojaremos a 3.207 metros.
El ascenso al Toubkal será hoy nuestro principal objetivo. Se podría decir que es la etapa reina pero no será la más larga ni la más exigente. Simplemente es el día de cumplir nuestro gran objetivo, auparnos a los 4.167 metros de la montaña más alta de la Cordillera del Atlas. Las emociones, gritos, innumerables fotos dejan ene le olvido el esfuerzo empleado para llegar hasta aquí. Sin duda, ha valido la pena. Descendemos sobre nuestros pasos hasta el collado Toubkal y afrontamos la subida a la cumbre del Toubkal Oeste, de 4.030 metros, que nos regala una espléndida vista del Toubkal. Descendemos felices y contento hasta el refugio para comer, descansar y saborear este día.
La etapa más exigente será la de hoy. Tendremos que ascender al Ras y Timesguida, regresar al refugio, comer, ordenar el petate y seguir descendiendo hasta Tamatert. Nos levantamos sobre las 4:30, desayunamos y ponemos rumbo a las dos siguientes montañas de cuatro mil metros. Una vez alcanzado el collado Ouagane comienza una sencilla trepada por la roca que nos suele resultar muy entretenida. Pasado este tramo caminamos hacía el Timesguida, alcanzando su cumbre con facilidad. Un nuevo horizonte se muestra ante nosotros, abarcando grandes vistas sobre la Cordillera del Atlas. Tras un pequeño descenso, enfrentamos la subida hacia la cima del Ras, nuestra última montaña prevista. Descendemos al refugio, comemos algo y seguimos hacia los pueblos del valle de Imlil, alojándonos en nuestro albergue de Tamatert.
Nuestro último día nos devuelve a Marrakech, hasta la hora convenida, para proceder al traslado al aeropuerto y poner rumbo a nuestros hogares. ¿Te vienes en la próxima ocasión? Apúntate desde este enlace: Cuatromiles en Marruecos