Trekking en Mongolia

Viaje de trekking en Mongolia

El pasado mes de septiembre regresamos 14 personas del viaje que realizamos a Mongolia para visitar Ulaanbaatar, el Parque Nacional de Altai Tavan Bogd en la Cordillera Altai con el ascenso al Pico Malchin y Pico Khuiten y el Parque Nacional de Terelj.

En este viaje descubrimos un maravilloso país, el país de los nómadas. Con unas frías y nevadas montañas surcadas por extensos glaciares como el Potanin o el Alexander. Con la hospitalidad y amabilidad de sus gentes, fueran guías, camelleros, conductores, cazadores kazajos etc.

Camelleros para transportar las cargas de la expedición en Mongolia

Desde la localidad de Khovd nos trasladamos en las potentes y robustas furgonetas UAZ hasta la localidad de Ulgii, donde cada año se celebra el festival del águila. Dejamos Ulgii atrás atravesando extensos valles con montañas de distintos colores cromáticos, eso sí, montañas peladas de vegetación. Tras varias horas por las pistas de tierra, donde solo veíamos caballos, camellos, cabras, yaks y ovejas con sus pastores nómadas y su bonitos gers, empezamos a sentir que estamos en un lugar bastante remoto alcanzamos nuestro primer campamento, situado en el valle de Tsagaan Gol al lado del río. Desde aquí comenzaron a asomar las primeras montañas nevadas.

Una vez instalados en el campo base, nos preparamos para el ascenso a dos de los picos más impresionantes de la cordillera: el Pico Malchin y el majestuoso Pico Khuiten, la cumbre más alta de Mongolia.

La escalada al Khuiten es una expedición de dos días que exige un buen dominio técnico y una preparación adecuada. La primera jornada implica atravesar los nueve kilómetros del glaciar Potanin para establecer nuestro campamento en Khonog Tolgoi, a 3.775 metros de altitud. Después de pasar la noche en nuestras tiendas, al día siguiente afrontamos la ascensión final. Para alcanzar la cima, es indispensable el uso de crampones y piolet, ya que debemos superar pendientes de nieve que pueden alcanzar los 45 grados de inclinación.

Campamento en Khonog Tolgoi y vista del Pico Khuiten, Mongolia

Al llegar a la cumbre, la recompensa es incomparable: una vista panorámica que abarca los vastos territorios de China y Rusia. Es una sensación de estar en un lugar verdaderamente remoto, donde la naturaleza aún domina y el turismo es casi inexistente.

El ascenso al Pico Malchin es, en contraste, una jornada menos exigente. No presenta grandes dificultades técnicas, a menos que esté cubierto de nieve. Se trata de una ascensión más enfocada en la resistencia física.

Tras despedirnos de las gélidas cumbres, iniciamos el descenso a pie por el vasto Valle de Oigor. El paisaje nos recibió con sus montañas desprovistas de vegetación, un contraste abrupto con la blancura de los glaciares. A medida que avanzábamos, nos cruzamos con las primeras familias kazajas. Sus gers, distintivos de los mongoles, salpicaban el valle.

Nuestra ruta nos llevó a una de las joyas de la región: los petroglifos del Altái mongol. Este impresionante conjunto de grabados rupestres, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, nos conectó con la historia milenaria de este remoto lugar.

Una vez de vuelta a la carretera, subimos a nuestras robustas furgonetas UAZ y pusimos rumbo a Ulgii. Esta es la principal ciudad kazaja de la región y la sede del famoso Festival del Águila, un evento que celebra la antigua tradición de la caza con águilas.

Desde Ulgii volamos al día siguiente a Ulaanbaatar y nos trasladamos directamente al Parque Nacional de Terelj. Valle este más turístico, como más bosques y vegetación, bien distinto a los territorios que hasta ahora habíamos conocido.

Para finalizar el viaje nos fuimos a conocer la impresionante estatua ecuestre de Gengis Kan a caballo de 40 metros de altura, en la ribera del río Tuul. Seguidamente nos trasladamos a Ulaanbaatar para visitar el Museo del Palacio de Invierno Bogd Khan y después tiempo libre para compras y cena de despedida.

Campamento Base en el Parque Nacional de Altai Tavan Bogd en la Cordillera Altai de Mongolia

Mongolia es mucho más que un país en el mapa; es un sentimiento. Con cada paso en esta tierra, sientes que el tiempo se ralentiza, y las tradiciones de sus gentes te invitan a conectar con una forma de vida milenaria. Los mongoles, con su sonrisa sincera y su mirada fuerte, son el reflejo de una cultura adaptada a la dureza del clima y a la libertad del nomadismo.

Los paisajes son, sencillamente, grandiosos. La inmensidad de sus estepas y la majestuosidad de sus montañas te hacen sentir pequeño en el universo, pero a la vez, totalmente conectado. Son vastos lienzos donde la tierra y el cielo se funden en el horizonte, ofreciendo una sensación de libertad que pocas veces se experimenta. Esta es una tierra que te sorprende y te transforma.

Si quieres realizar este viaje con la agencia de viajes Trekkinea, sigue este enlace: Trekking y ascensiones Montañas Altai de Mongolia

Podrías estar interesado en …

Toubkal Trekking Marruecos
Viajes

Marruecos tras el terremoto

Ruta Marangu al Kilimanjaro
Viajes

Ruta Marangu al Kilimanjaro

Parque Natural de Redes
Viajes

Rutas Parque Natural de Redes

Abrir chat
Hola
¿En qué podemos ayudarte?