Texto y fotos de: Paco
Los 5 primeros con Trekkinea y un grupo fantástico de gente guiados maravillosamente por Pablo siguiendo el Anillo Extrem de Picos de Europa. Los 2 últimos días ascensiones a Torrecerredo y Peña Castil acompañado por el Sarrio pucelano para poner la guinda a una semana maravillosa.
Día 1: Poncebos a refugio Vega de Ario, salida por la espectacular ruta del Cares. El día promete, pero lo mejor son los túneles con sombra y fresquito. Reponemos agua y quitamos paraguayo justo al inicio de la ascensión por la Canal de Culiembro, interminable y agotadora por el sol. Paradas buscando la sobra y disfrutando las vistas a las canales en frente, Canal del Agua, Piedra Bellida… a pesar del fuerzo soñamos cuando las subiremos.
Salimos de la canal y avanzamos entre vegetación y saltando por las rocas hasta que llegamos al collado desde donde vemos el refugio. En Vega de Ario disfrutamos de una espectacular puesta de sol con las nubes inundando los valles. ¡La emoción a flor de piel, hay que seguir! Esto no ha hecho más que comenzar.
Día 2: Vega de Ario a Vegarredonda. Iniciamos con ganas y Pablo nos regala la subida al Jultayu. La subida se hace divertida sin mochila para llegar y disfrutar de unas vertiginosas vistas al Cares a su paso por Cain, tapado por un mar de nubes. Bajada, mochilas on y a cruzar por el paisaje típicamente de picos. Roca rota, jous, cuevas, bordear Santa Maria de Enol y en mi caso contribuir a fertilizar tan árido terreno, terrible el bocado de nectarina.
El sol pega, agradecemos las cuevas que desprenden el aire fresquito.
Ducha en Vegarredonda, donde JL nos contagia su disfrute de las cosas sencillas. ¡Y por la noche concierto de viento, como nos gusta esto!
Día 3: Vegarredonda a Vegabaño, seguimos disfrutando de saltar de piedra en piedra por el paisaje lunar, bordeando Peña Santa de Castilla para bajar la espectacular Canal del Perro a los bosques de Sajambre y descansar en el acogedor refugio de Vegabaño. Llegamos a terreno conocido y siento estar cumpliendo sueños añejos. Y ahí sigue el roblón y nosotros comiendo arándanos.
En Vegabaño, el mejor refugio sin duda, baño en el arroyo, espectaculares duchas, buena cena y mejor desayuno.
Día 4: Vegabaño a Jermoso, el día más esperado empieza calentito ya por los bosques camino a Valdeón siguiendo la mariposa saltarina.
Parada a coger fuerzas y agua en Posada y “pa rriba”. El calor hace mella, suerte de ir por el hayedo de Asotin y cuando la canal amenaza con fundirnos, Pablo nos coloca unas nubes para darnos sombra y permitirnos subir al cielo.
Cuantos años soñando con llegar a Jermoso, vistas fotos y reseñas, oído relatos, estudiado mapas y track y aun así uno se queda como las piedras que le rodean ante la espectacular subida, casi imposible que nos lleva al «sótano» del refugio.
Magnífica estancia, degustación del queso de Valdeón, cerveza artesana y las nubes que nos protegieron en la subida descargan y nos privan de su famosa puesta de sol…. será que nos invitan a volver, ¡que así sea!
Día 5: Jermoso a Cabrones. Hoy toca recorrer el corazón de Picos, salimos sin poder dejar de mirar atrás por las Colladinas y tras el collado nos dedicamos a buscar los puntos rojos que nos saquen del laberinto de roca, saltamos como cabras hasta encontrar la media luna que nos deja en cabaña verónica. Refugio original donde los haya, nos regalamos un refrigerio y la subida a la Torre de Horcados Rojos. ¡Tercera vez que subo este mes, a cuál mejor!
El destino me entrega un libro y un buff en el collado, gracias, no podría imaginar mejor regalo para dar la vuelta: ¡The power of now!
Bajamos Horcados Rojos, lento pero seguro, y cruzamos los jous hasta el refugio de Urriellu donde nos encontramos con buenos amigos que se unen al caminar. Risas anécdotas y pa cabrones que nos vamos. Ahora sí, hemos llegado a la luna. Otra sorpresona, ¡habéis subido las tartas para soplar!! ¡Qué grande eres amigo! No podría pedir mejor marco y compañía para soplar mi medio siglo. Inolvidable.
Tras una puesta de sol espectacular, el cielo se va llenando de estrellas, ¡no quiero dormir!
Día 6: De Cabrones a Torrecerredo y Trenosa. Hoy toca despedida, la cordada se baja a la tierra y yo tengo la suerte de seguir con el sarrio.
Salimos a buen ritmo rebosando adrenalina, y concentrados en encontrar los pasos correctos.
Tras la aproximación iniciamos la diagonal y la primera trepada hasta ver el desvío a media altura a la Horca de Don Carlos que bordea el jou. Dejamos mochila y parriba. Unas primeras trepadas y pasos nos ponen a prueba, pero sin problema. Salimos a una zona más abierta, múltiples opciones. Subimos por la izquierda entre pedreras y bloques, pero hubiera sido mejor irse más a la izquierda aun para coger menos pedrera, ¡pero anotado queda para la bajada!
Cuesta adivinar donde queda la cumbre, pero aparece una chimenea enorme que invita a subir y nos lo confirman los 2 compis que se han enriscado por encima de ella. Ellos nos confirman la subida por la chimenea y la posición de la cima y nosotros les indicamos como perder altura para entrar a lo alto de la chimenea. ¡Win to Win Mountain!
Subimos por el interior de la chimenea hasta que no podemos avanzar más y nos salimos a la derecha. Es mejor subir por el lado derecho de la chimenea y por ahí, ver foto.
Después una trepada fácil, pero con mucho patio donde las piernas flojean y hacen subir a 4 patas. Suerte que el sarrio va delante y eso da confianza.
Para salir a cima un pequeño desplome donde poner a prueba el brazo casi rehabilitado y el miedo.
¡Estamos en el cielo!
La bajada vemos que se puede evitar el primer desplome y las dudas se van. Paso a paso saboreando cada uno con pies manos y culo.
Gozamos las pedreras y mochilas al hombro, buscamos la Horcada Don Carlos. Apenas está marcado el camino, pero vamos avanzando con trepadas y destrepes, entretenidos y una subida de vértigo a la horca de don Carlos.
¡Susto importante con un pedrolo que nos recuerda que hay que estar atento siempre!
Horca de Cain. Pedreras y más pedreras para nuestro disfrute hasta Urriellu donde nos premiamos con una hogaza y cabrales con membrillo.
Paseo a la Trenosa donde disfrutamos de una ducha fantástica con vistas y una cena contundente y planeamos el último día.
Día 7: Trenosa Peña Castil Sotres
El día comienza de buena hora, prado arriba el desnivel es importante pero el sarrio me hace volar y sudar como gocho en una sauna.
El día promete, cielo azul y las nubes en el fondo de los valles. Al llegar a la cima las vistas son increíbles.
Por fin acabamos el queso paseado 7 días.
Recreo con la vista los recorridos de este mes y me resulta un sueño, desde Canal del Vidrio a Poncebos, desde Trenosa a Vegabaño, desde Vega de Ario a la Jenduda… ¡gracias a mis Luises!
De bajada nos asomamos a la cueva de hielo, disfrutando de su fresquito. Bajada al coche, pero esto no puede acabar en Pandébano, así que trotada hasta el pilón. ¡Cachopo y pa casa!
Gracias a tod@s los acompañantes:
A mi Luís porque me has hecho feliz acompañándome.
A mi Lara porque veo tu sonrisa cuando salto de piedra en piedra.
A Pablo por tu sabiduría, tu protección y tu sonrisa.
A Cristina por ser mejor que el sol.
A Bea por tu coraje y cuidados.
A LuisMi por hacerme volar.
A Pedro por el regalazo de soplar velas en Cabrones.
A José Luis por ese ejemplo de saber disfrutar la vida.
A Miguel por el buen rollo que destilas.
A Daniel por tu saber estar.
¡A Luis, eres el más grande, increíble ese corazón y esa marcha que tienes, me das la vida!
Texto y fotos de: Paco