Trekking en Madeira

Trekking en Madeira

El trekking en Madeira es una de las actividades más populares debido a sus impresionantes paisajes, sus exuberantes bosques de laurisilva o sus abruptas montañas que dan lugar a profundos barrancos. El pasado mes de julio realizamos varias rutas, en distintas zonas de la isla, en la que combinamos caminos por bosques, ascenso a cumbres o senderos por levadas abandonadas. La idea era no realizar las típicas rutas más sencillas donde te encuentra mucha gente como si estuviéramos caminando por la ruta del Cares. Estuvimos alojados en Funchal, capital de la isla, desde donde, cada día nos desplazamos a realizar una ruta de montaña. Al regresar a nuestro hotel, si había tiempo y ganas, se podía realizar turismo. Si alguna ruta no se quería hacer y decidías hacer turismo también era factible.

Bosques de laurisilva camino del Poco das Pulgas

Centrándonos en las rutas, hicimos una combinación de bosques de laurisilva, con rutas desde los valles a lo alto de las montañas que nos permitieron descubrir las partes más salvajes y auténticas que todavía esta hermosa isla conserva. Por supuesto que los senderos más turísticos también son preciosos, pero esta vez, el plan era un poco más ambicioso.

En cuanto a las rutas por los bosques de laurisilva, ubicados en las zonas norte de la isla, donde reciben mayor humedad durante todo el año, nos adentramos en la cordillera de Ponta Delgada para acercarnos a conocer la espesura del bosque. Dentro de este exuberante vergel tuvimos la suerte de conocer la cascada Rabo do Burro y la cascada Poço das Pulgas, que debe su nombre a las pulgas de agua que se encuentran en las aguas. Al tratarse de una ruta muy poco turística, no nos encontramos a nadie, haciendo la ruta con total tranquilidad. Los  bosques de Laurisilva de Madeira fueron declarados Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco en 1999. La siguiente ruta nos llevó hasta el pueblo costero de Seixal, y de ahí, más arriba, a Chão da Ribeira donde el paisaje es conmovedor. Nos adentramos en el bosque, de nuevo por un camino muy poco transitado y alcanzamos la Levada do Seixal que recorrimos durante un buen tramo. Sumergidos en la profundidad del bosque, descubrimos arroyos, cascadas de agua y vegetación endémica muy singular. Descendimos por un vertiginoso camino a Ribeira do Seixal y regresamos a la planicie de Chão da Ribeira, llevándonos una excelente experiencia de una de las mejores rutas de Madeira. La tercera excursión que realizamos nos introdujo en los bosques endémicos, nos descubrió la casa abandonada que utilizaron los trabajadores que intentaron, sin éxito, plantar olivos y nos mostró la Levada Pleino Velho. Caminamos paralelos a la abandonada levada, atravesamos varios túneles y nos sorprendimos de las aguas que forman el cauce de la Ribera do Infierno en un paisaje, como siempre, apoteósico. Para rematar el día, superamos el fuerte ascenso hasta el Pico Ruivo do Paul, de 1.639 metros, siendo la cumbre más alta del oeste de la isla y regalándonos unas amplias vistas que recordar para siempre.

Exuberancia e impresionantes cascadas en Madeira

Continuamos el trekking con otras rutas que nos elevaron a las zonas de montaña más altas. En ellas también estuvimos rodeados de abundante vegetación, pero distinta de los bosques de laurisilva. Los caminos que transitamos en estas excursiones estaban más elaborados, incluso con escalones o barandillas para facilitar nuestro transitar. Aun así también son rutas de montaña poco visitadas, porque exigen cierta preparación física. En el tramo de la Vereda Ruivo-Arieiro, que es una de las rutas más conocidas de Madeira, sí que encontramos bastante gente y es lo habitual. La primera de las rutas la comenzamos al norte, en la pequeña población de Lombo de Urzal subiendo, rumbo sur, por el Camino Real que antiguamente utilizaron para comunicación entre pueblos. Este día no tuvimos suerte con la meteorología y tuvimos un día lluvioso y de niebla en el que no se veía apenas el paisaje. Desde el collado las Torrinhas, hay muy buenas vistas sobre el valle de las monjas y sobre el valle de San Vicente. En la segunda jornada de este tipo de rutas, ascendimos desde el valle de Ribeira Brava, al pueblo de Furnas. La jornada continuó por un tramo de carretera antes de adentrarse en un bosque de eucaliptos. A continuación seguimos al lado de la Levada de Monte Medonho, lo que nos permitió tener unas buenas vistas panorámicas antes de finalizar en Lombo do Mouro. La etapa reina del trekking tuvo su inicio en el escondido pueblo de Curral das Freiras. El sendero, bien definido y en continuo ascenso nos aupó a la cumbre más alta de Madeira, el Pico Ruivo de Santana de 1.862 metros de altitud. El resto de la etapa prosiguió por el famoso camino que une con el Pico Arieiro que, a pesar de encontrarnos con mucha gente, sigue siendo un fantástico camino con túneles que atravesar, muy buenos paisajes e incluso la conocida “escalera al cielo”.

«Escaleras al cielo», Madeira

Una vez que regresábamos al hotel, durante las tardes, aún tuvimos tiempo de hacer turismo por Funchal. Viaje en catamarán a ver los delfines, recorrer la ciudad, visitar el jardín botánico o lanzarnos por las empinadas calles en los famosos carros de cesto. Sin duda, este trekking ha sido una fantástica experiencia para recordar y revivir durante mucho tiempo.

Valle de las Monjas, Curral das Freiras, Madeira

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